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CORRUPCIÓN

CONSTRUCTORA SAN JOSÉ Y CORRUPCIÓN

SAN JOSÉ: EMPRESA DE REPRESORES

En 1997, cuando Basilio abandono la Armada, se dedico a la actividad privada. No le fue mal. En poco tiempo se convirtió en Presidente de la Constructora San José S.A., la filial  Argentina de un pulpo español, con oficinas en Uruguay, Portugal, Estados Unidos, Alemania...

Rápidamente, y moviendo viejos contactos, Pertine entro en el mercado.

Refacciono la Casa Rosada, durante el gobierno Menemista, y durante la gestión de su cuñado, ya esta acusado de corrupción en las licitaciones ¿por qué será?

Un dato de ejemplo:

En Julio del 99, la revista Noticias, contó que San José había logrado otra obra en San Luis: Por la construcción de un tramo de la ruta 9 de 42 Km., el estado le pago 19 millones de dólares

Sus socios eran Adelina Dalessio de Viola y el mismísimo gobernador, Rodríguez Saa. ¿qué tal?.

Se dice que Pertine no es el único genocida en las filas de San José, varios represores, hoy reciclados en empresarios, que estarían radicados en España, estarían trabajando para la empresa constructora.


La Casa Rosada

Del diario La Nación

El 10 de diciembre de 1999,el presidente Carlos Menem entregará la casa en orden.

Por lo menos así lo aseguran los arquitectos que tienen a cargo la restauración y pintura de la fachada de la Casa Rosada ubicada sobre la calle Balcarce.

Curiosamente, quien se encargará de que el viejo edificio recobre su color y sus formas es el cuñado de Fernando de la Rúa, el postulante presidencial de la Alianza que, según las últimas encuestas, tiene la mayor intención de voto y podría ser el próximo ocupante del edificio gubernamental.

La Constructora San José, cuyo director es Basilio Pertiné, es la empresa que ganó la licitación privada para reconstruir el frente de la Casa de Gobierno, y dejó en el camino a Macherione Hermanos, que presentó un presupuesto más elevado.

La empresa que dirige el hermano de Inés Pertiné, esposa de De la Rúa, hizo una oferta de 290.000 dólares para ganar la licitación. Mientras que Macherione, que ya tiene experiencia en otras obras realizadas en el interior de la Casa Rosada, presupuestó 325.000 dólares.

Según el director del Departamento Técnico de la Casa de Gobierno, arquitecto Mario Casares, "San José ganó la licitación por el buen precio y por su experiencia en restauraciones. Además, la otra constructora propuso cubrir la obra con una media sombra, mientras que San José incluyó en el monto final la gigantografía".

El dibujo que por estos días cubre la Casa de Gobierno se diseñó con la idea de imitar los que se utilizan en Europa cada vez que se encara la restauración de un edificio.

Con intenciones de no arruinar la estética de la ciudad con obreros y andamios, se cubre la parte que se encuentra refaccionando. Algunos lo hacen con una media sombra (un apretado entretejido negro) y aquellos que cuentan con mayores posibilidades económicas lo hacen con una replica exacta de la parte que está en obra.

Como en el Primer Mundo, una de las grandes diferencias que la gigantografía porteña presenta con las europeas es que las del Viejo Continente, en la mayoría de los casos, posee un sponsor. Así se logra reducir los costos de una inversión que solamente tiene un fin decorativo.

Jacinto Cabred, director de Magia, la agencia publicitaria que realizó el trabajo, explicó a La Nación que "el precio de la gigantografía es de 80.000 dólares aproximadamente".

Sin embargo, el creativo aclaró que la cotización para la Casa Rosada fue mucho menor. "Para nosotros es una forma de publicitarnos y de demostrar que este sistema, que se usa mucho en Europa, se puede instrumentar con éxito en el país."

Esta empresa ya había intentado utilizar una impresión similar con el fin de publicitar un jabón para la ropa pero, con menos suerte, ya que debió retirarla cuando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires determinó que la publicidad no se ajustaba a las normas vigentes en cuanto a avisos en la vía pública.

La empresa constructora estima finalizar el trabajo para fines del mes próximo o principios de diciembre "si la lluvia lo permite", explicó Lino Portela, otro de los arquitectos de la compañía.

Una vez terminada la obra, son varios los que intentarán quedarse con la gigantografía. Pero Casares asegura que seguramente pasará a ser otro elemento histórico del museo de la Casa Rosada.

"Dicen que el presidente (Carlos) Menem se la quiere llevar a Anillaco, para estar cerca de la Casa Rosada", bromeó una fuente del Gobierno.

Lo cierto es que, gracias a este trabajo, el nuevo jefe del Estado tendrá algo menos por qué preocuparse. La fachada de la Casa Rosada estará en condiciones.

Verónica Alter La Nación | 16/10/99


OFICINA ANTICORRUPCIÓN I 

A principios del mes de Diciembre, la Oficina Anticorrupción denunció ante la Justicia que Basilio Pertiné, cuñado del Presidente de la Nación, fue beneficiado por una licitación trucha arreglada por funcionarios del Ministerio de Salud.
Pertiné había concursado en esa licitación y obtenido el tercer puesto –porque su oferta para construir el hospital era la tercera más cara–. Pero todo eso había ocurrido ante que Fernando de la Rúa llegara al poder. Después del 10 de diciembre, el Ministerio de Salud le quitó el contrato a la empresa que había ganado, desplazó con trampas a la segunda y le dio el negocio a San José S.A., la empresa que preside Pertiné. Para colmo, cuando Pertiné se hizo cargo de la obra pidió 300 mil pesos adicionales al contrato original. La consultora que dirigía la obra se los negó. El Ministerio de Salud desplazó a esa consultora y le entregó a “El Cuñado” la plata que pedía.
La difusión del escándalo, por parte de Veintitrés y Día D, provocó reacciones típicas de la década en que Carlos Menem ejerció el poder en la Argentina. El presidente De la Rúa se refirió a una “maniobra” urdida “en mi ausencia” y respondió con imprecisiones. “Se trata de una licitación que se llevó a cabo en otra gestión”, dijo. Era cierto, por eso cuando llegó él todo cambió: Pertiné logró un contrato que había perdido. “El Cuñado” envió una carta sumamente ofensiva hacia el periodismo al diario La Nación y sostuvo que era un intento de atacar al Presidente y a su familia “sólidamente unida”. La primera dama calificó de prensa amarilla a esta revista y de “infamia” a la difusión de la denuncia preparada por la Oficina Anticorrupción, un órgano de este gobierno.
La primicia de esta revista tuvo repercusión internacional. Los diarios de España se hicieron eco del primer escándalo que afecta a la familia De la Rúa. Y la Unidad de Investigación de Fraude y Corrupción del Banco Mundial decidió enviar una delegación a la Argentina para investigar si hubo irregularidades, porque el proyecto está financiado, precisamente, por el Banco Mundial.
El episodio, típico de la saga menemista, sería suficiente para abrir dudas sobre la honestidad del Presidente de la Nación.

El caso Pertiné es un beneficio irregular que obtuvo un pariente directo del Presidente de la Nación, quien además negó la existencia del hecho cuando se lo hizo saber su propia Oficina Anticorrupción. Y con un agravante más: se trata de un ilícito en el área de Salud, para la construcción de un hospital público. Ya es grave que no se combata la corrupción en la manera en que se gasta el presupuesto de Salud. Pero, además, en este caso es el cuñado del Presidente quien se beneficia por esas irregularidades. Y el propio Presidente lo defiende.
“Voy a meter presos a los corruptos”, decía Fernando de la Rúa durante la campaña electoral, rodeado de policías con armas largas.

OFICINA ANTICORRUPCIÓN II

El Banco Mundial aparece comprometido  ante la denuncia presentada ante la Justicia por la Oficina Anticorrupción por maniobras turbias destinadas a favorecer, en una licitación para la construcción de un hospital, a Basilio Pertiné Urien,   porque había financiado esa obra y avalado o tolerado cada una de las irregularidades. Es un tema sumamente sensible porque la corrupción en préstamos del Banco Mundial en otras zonas del planeta –particularmente en la ex Unión Soviética, en Nigeria y en Indonesia– ha movilizado a organizaciones no gubernamentales de todo el mundo y provocado serios dolores de cabeza a los burócratas del BM.
Los principales elementos que conforman el cuadro, en este caso, son los siguientes:
* La Oficina Anticorrupción denunció la existencia de maniobras turbias en la adjudicación de un contrato de 6.000.000 de dólares a una empresa presidida por Pertiné Urien. El Banco Mundial avaló esas maniobras.
* La Oficina Anticorrupción denunció irregularidades en el otorgamiento de otros 300.000 dólares, del Banco Mundial, a la empresa de Pertiné.
* Un empleado del Banco –que ahora es consultor– aparece mencionado en una denuncia por pedido de coimas.
* Estas irregularidades son apenas dos detalles en el marco de una cadena infinita de situaciones difíciles de explicar, ocurridas en un programa por el cual el BM le prestó a la Argentina 100 millones de dólares para obras en hospitales que no se realizaron, o se realizaron tarde y mal, o costaron más de lo previsto, o fueron adjudicadas por procedimientos poco transparentes.
No se trata de un tema menor. Esos cien millones de pesos –como todos los créditos del Banco Mundial– tendrán que ser devueltos por la Argentina. El BM ha proclamado una política de “tolerancia cero” hacia la corrupción a partir de 1995, cuando su presidente James Wolfensohn se refirió a la necesidad de combatir el “cáncer de la corrupción”. Esta nota describe cómo esa enfermedad avanza sin problemas ante los ojos –inexpertos, indiferentes o cómplices, según quién lo vea– de los subordinados de Wolfensohn.

SILENCIO HOSPITAL. En 1995, el Banco Mundial otorgó a la Argentina un crédito de 100 millones de dólares para reconstruir, reparar y ampliar hospitales en tres estados provinciales: Buenos Aires, Capital Federal y Mendoza. En el Ministerio de Salud, entonces dirigido por Alberto Mazza, crearon una nueva estructura con una sigla que la identifica: PRESSAL (Programa de Reformas del Sector Salud). En el ministerio funcionaba la Unidad Ejecutora Central del proyecto. En las tres provincias la Unidad Ejecutora Provincial, designada por los ministros de Salud, esto es, entre otros Juan José Mussi –actual titular del área en el gabinete de Carlos Ruckauf– y Héctor Lombardo –por entonces ministro de De la Rúa en la Capital y ahora en la Nación. Por negligencia o complicidad, todos ellos están involucrados en esta historia.
El proyecto fue un fiasco absoluto. Un informe reservado producido dentro del Ministerio de Salud en marzo –y al que tuvo acceso Veintitrés– revela la cadena infinita de irregularidades que los mismos funcionarios del Banco Mundial no saben cómo explicar:
* De los quince hospitales previstos, sólo uno estaba terminado y otro estaba en ejecución sin retrasos. Siete tenían retrasos importantes en las obras. Uno, en Lanús, tenía la obra parada por rescisión del contrato con la empresa contratista. Una licitación había sido suspendida. En diciembre de 1999 debían haber empezado cuatro obras: pero todavía no había llegado nadie al terreno.
* En la provincia de Buenos Aires se había adjudicado dos obras a una empresa que entró en convocatoria de acreedores unos meses después. En el informe del Ministerio de Salud se sostiene que “no se estudiaron adecuadamente los antecedentes financieros de las empresas”.
* En la obra por un hospital mendocino se había pagado un 600 por ciento más que lo previsto.
* Tres consultoras de arquitectos –sobre un total de 18– se alzaban con el sesenta por ciento de los contratos para proyectar las obras.
* En la mayor parte de las obras realizadas en la ciudad de Buenos Aires hay retrasos importantísimos. En el Hospital Cosme Argerich la obra saltó de los 12 meses previstos a 20 meses. En el Hospital Fernández hay problemas serios: las camillas, por ejemplo, no entran en algunos ascensores.
* “En una primera aproximación, el nivel constructivo detectado no es parejo, y el promedio es mediocre.”
Más tiempo de lo previsto, más costo de lo previsto, menos calidad de lo previsto y, en el medio, empresas que quiebran y otras que concentran la mayoría de los contratos: todo eso nada menos que en la sensible área de Salud. El Banco Mundial acepta que monitorea las obras y las adjudicaciones. “Es un programa que nos tiene preocupados desde hace tiempo, desde hace varios años”, admitió Alexander ante esta revista.
–¿Y a qué atribuye todas estas irregularidades?
–No únicamente a la corrupción. En la Argentina hay mucha incapacidad técnica para la realización de estos proyectos. El mismo problema tenemos en Chile. Lo que le puedo decir es que todo esto se hizo de acuerdo con las normas del Banco Mundial.
Y ENTONCES... APARECIÓ EL CUÑADO. El cambio de autoridades generó en todo el país la esperanza de que las cosas cambiarían. “La fiesta terminó”, anunciaba Fernando de la Rúa en campaña. Quienes conocían los manejos en el área de Salud debían haber sabido que no había demasiadas razones para la esperanza: Lombardo ascendía de la Secretaría de Salud porteña al Ministerio de Salud nacional, y llevaba con él a Miguel Cano –el encargado del PRESSAL en la Capital– para que manejara todos los fondos de las obras sociales. Por si faltaba algo, apareció el cuñado, Basilio Pertiné Urien.
Urien es presidente de la filial Argentina de la constructora española San José. En enero de 1999 se presentó a una licitación para obras en el hospital Diego Paroissiere, en la ciudad de Mendoza. Salió tercera. Once meses después asumió Fernando de la Rúa. A la empresa que había logrado la obra se la retiraron con una capacidad de decisión que no existió en todas los demás contratos, donde ni siquiera hubo multas por retrasos o defectos de terminación. A la que había presentado la segunda oferta más barata la desplazaron porque no contestó en un día si estaba dispuesta a mantener la propuesta pero en un plazo de construcción menor. Así, ganó Pertiné, el cuñado.
El Banco Mundial avaló cada uno de esos pasos, denunciados como una maniobra por la Oficina Anticorrupción.
José Moscoso, funcionario del Banco Mundial a cargo del proyecto, defendió cada uno de esos pasos porque “estaban de acuerdo con las normas del Banco Mundial”.
–¿Qué hubiera pasado si un caso igual se hubiera dado en los Estados Unidos? –le preguntó Lanata a Alexander en Día D.
–Creo que en términos de problemas de construcción igual, es decir que monitoreo, revisión, control de calidad.
–¿Usted se imagina al cuñado de Clinton como proveedor de una obra de construcción en Wisconsin?
–Francamente... no sé cuál es la ley de los Estados Unidos en los...
–Usted es canadiense. ¿Qué hubiera pasado en Canadá?
–Un primo está bien.
–¿Y el cuñado?
–No sé, ese es el punto, no sé realmente cuál es el límite del conflicto de intereses. En el Banco Mundial un primo está bien pero un cuñado no.
Alexander y los suyos admiten que sabían que había un cuñado. Que el trámite de licitación por lo menos era dudoso. Que tenían serias preocupaciones sobre todo lo que ocurría desde hace varios años con los hospitales del PRESSAL. Y sin embargo le entregaron la obra al cuñado.

Y ENTONCES... REAPARECIÓ EL CUÑADO. El Banco Mundial también observó pasivamente cómo el Ministerio de Salud desplazaba a los arquitectos que dirigían la obra y le habían negado a Pertiné 300 mil dólares extras que pidió. Y luego volvió a enterarse que le habían otorgado esa plata. Cuando la Oficina Anticorrupción de la Argentina empezó a trabajar, en Washington se enteraron del tema y enviaron una delegación de la Unidad de Investigación de Fraude y Corrupción, encabezada por Stephen Zimmerman, quien rápidamente llegó a la conclusión de que no había ningún empleado del BM involucrado en hechos ilícitos. Es decir:
* Sabían que hubo problemas serios –que generan sospechas en cualquier persona sensata– en todo el proyecto, durante muchos años.
* Viven en la Argentina, donde son conocidos los problemas por hechos de corrupción.
* Sabían que una empresa había ganado una licitación luego del vertiginoso desplazamiento de dos alternativas más baratas.
* Sabían que el ganador era cuñado del Presidente recientemente asumido.
* Sabían que desplazaron a la dirección de obra para darle 300 mil pesos más al cuñado.
* Pero dejaron hacer, no castigan a nadie y esperan –como tantos funcionarios argentinos lo hicieron antes– el veredicto de la Justicia local.
* Todo esto le costará al país cien millones de pesos más intereses.
En público como en privado, los funcionarios del BM explican la legalidad de cada paso dado por ellos. Pero no consiguen aclarar la totalidad de las decisiones tomadas. ¿Ninguno de ellos, nunca, sospechó nada? ¿Por qué dejaron hacer?

SILENCIO HOSPITAL II. La Oficina Anticorrupción de la Argentina denunció maniobras para beneficiar al cuñado del HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH..... El Banco Mundial, desde Washington, envió una misión para ver qué estaba pasando. Ni el Banco Mundial ni el Gobierno pidieron que se rescinda el contrato. El presidente Fernando de la Rúa apenas contestó una serie de inexactitudes. La primera dama, Inés Pertiné, y su hermano Basilio insultaron a los periodistas de Veintitrés. El resto fue puro silencio.

ERNESTO TENEMBAUM    REVISTA VENTITRES